jueves, 25 de noviembre de 2010

La entrada 100...

Antes de que lo digas, se exactamente lo que me vas a decir, es fácil saberlo porque lo he visto en tus ojos y si eso no fuere suficiente, lo escuche de tus pensamientos... Me duele y ni siquiera quiero escucharlo, no soy capaz de soportar aquel sufrimiento que de tus palabras me dañara... Camino por las noches, dentro de aquellos bosques buscando en algún río el porque de tus lagrimas... lo único que encontré fueron mis lagos, esos que día tras día impiden que el sol salga. No quiero escuchar porque pretendo que esto no pase, se que si no me lo dices, tal vez se pueda evitar, me aterra el hecho de no tener argumentos con los cuales convencerle de continuar. Si tu deseo es decirmelo, hazlo ahora que aún me queda un poco de sordera, con suerte tus palabras cruzaran de largo y me será imposible saberlo algún día. Sólo te pido una cosa... dejame permanecer en tu mente, en tus recuerdos, no me dejes ir... eso sería desaparecer del mundo, de tu mundo, al cual pertenezco y del que jamás quisiera irme. No abandones aquellos viajes, no dejes que mi voz se vaya de tu mente, mi voz pertenece a ella... y si tu me dejas ir... puede que mi espíritu vague por eternidades, buscando un nuevo tú.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Un momento de espontaneidad | Todo y nada a la vez |

Recuerdo aquella noche, estaba llena de estrellas, su nombre se dibujaba en aquel cielo azul... recuerdo aquel manto que cubría su rostro... jamás pude olvidarlo, sin más que ese recuerdo me he dirigido a un camino sin rumbo, sin sentido, sus ojos aquel día me decían que no podría olvidarle, mientras que mis labios solo podían decir que le extrañaría eternamente, que aunque estuviese a mi lado siempre iba a echarle de menos... porque a pesar de estar juntos, su presencia era castigo a mi humanidad, estando entre sus brazos el tiempo era insuficiente siendo que alrededor era una eternidad, la cual se difuminaba al paso de un segundo.

Las cosas parecen complicadas ahora, aquellas palabras que le dije le lastimaron, pero no mas que lo yo me lastime, intentando terminar esta pesadilla me aventure a viajar, a huir de lo que realmente sentía con el próposito de hacerme extrañar... Resulto al reves, cada vez que me aleje mas cerca estaba de aquel sentimiento, cada vez que dije no extrañarle, no podía dejar de pensarle. Y así he pasado de error tras error, de cambios de planes a espontaneidad y todo para que al final el destino cumpliera su cometido; el que yo jamás fuese para tí...